domingo, 17 de enero de 2010

Observación en el aula

-- Observación en el aula --

Situación y lugar del Centro

El centro escolar que he elegido para realizar esta práctica ha sido en el colegio religioso Rafaela Ybarra, perteneciente a la orden de los Ángeles Custodios, la cual también posee otros centros en Bilbao, Cantabria, Italia y América Latina.


Se trata de un colegio concertado que en sus primeros años estaba destinado a la educación de niñas, pero que poco a poco fue admitiendo el ingreso de ambos géneros. Se encuentra situado en el distrito de Usera, en un punto intermedio entre barrios como Cristo de la Victoria, Orcasitas, El Zofío y el mismo Usera, en la Avenida de Rafaela Ybarra nº 73, muy próximo al centro educativo ANDE, a la Biblioteca pública de la Comunidad de Madrid José Hierro y al ayuntamiento que une a todos los vecinos de cada zona.

La oferta educativa que este centro ofrece a sus alumnos es bastante completa, desde educación infantil, donde los niños aprenden a leer, escribir..., primaria, secundaria, bachillerato y distintos cursos de formación profesional, además de garantía social y las nuevas opciones para sacar el graduado escolar mediante módulos de dos años. Posee gimnasio y canchas de gran superficie para la práctica de deportes con equipos extraescolares dedicados a la competición entre centros, campamentos de verano y clases extraescolares. Apoyo a los alumnos menos aventajados dentro del horario escolar, sección de pedagogía, logopedia y psicólogo que atiende tanto a alumnos como a estos junto a sus padres. Sección de informática y actividades complementarias, además del AMPA, cuya labor es muy importante en el centro.


Nivel socio-económico del alumnado

El nivel adquisitivo del centro es medio, pues a pesar de ser uno de los centros con más nivel y nombre de la zona, no deja de estar ubicado entre barrios obreros, cuya economía, por regla general, no es precisamente alta. Sin ir más lejos, el día de mi primera observación mantuve una charla con la jefa de estudios, en la cual me decía que este año (sumado al tema de la crisis) muchos padres estaban rechazando abonar la cantidad de 30€ voluntaria como ayuda al centro, y es que, el sueldo y demás de los profesores es pagado por La Comunidad de Madrid, mientras que las actividades y mejoras del centro sale en su mayor parte de estas aportaciones. Incluso a la hora de realizar excursiones, hay alumnos que no pueden asistir, y que en muchas ocasiones son invitados por el centro, al no poder aportar ni siquiera 10 €.

A raíz de la emigración de muchas personas el barrio de Usera se ha convertido en una mezcla bastante amplia de diferentes culturas, y este hecho se ha visto influenciado en una nueva oleada de alumnos. Tanto niños latinoamericanos, como de origen chino comparten aulas con los ya antiguos alumnos de la zona. Esto ha dado lugar a una mayor integración y aceptación de las distintas razas con las que convivimos todos, un alto desarrollo del respeto mutuo y la eliminación del racismo en las aulas, algo que muchos adultos y aún en los tiempos que corren, todavía tienen algo atravesado.

Para facilitar esa integración, especialmente en los niños y adolescentes de origen oriental, se han creado unas clases denominadas aulas de enlace, en las cuales, durante su primer año académico, se les enseñan las diferentes asignaturas usando un nivel más bajo en aquellas que necesitan una comprensión oral u escrita que implique el conocimiento del idioma, mediante fichas y distintos ejercicios, y el segundo curso se unen a sus compañeros con un nivel que les permite estar más preparados para ello. Aún así, dentro de las aulas, la interconexión resulta algo más difícil de lo que parece, puesto que muchos de esos niños no tienen interés alguno en la integración (por lo que se unen en pequeños grupos) ni en el aprendizaje, y en realidad se encuentran escolarizados al estar sus familias obligados a ello, pues tristemente, llegada la edad mínima salen del centro para trabajar con ellos.

Nivel de estudios

El nivel de estudios que se puede encontrar en el centro es medio-alto, antiguamente era más alto puesto que también eran más estrictos pero en la actualidad los profesores se están enfrentando con el problema que ya hemos comentado varias veces en clase sobre la rebeldía y la falta de disciplina en las aulas, yo soy antigua alumna, y recuerdo que a menudo si te desvinculabas del ritmo de la clase lo más probable era que te quedaras atrás, se exigía mucho y los profesores no se andaban con tonterías, ahora las cosas no son así, los nuevos docentes que ya de por sí no tienen la misma experiencia que los anteriores y tienen otra manera de ver la educación, se están enfrentando a otro tipo de alumnado que por regla general no es tan dócil como el anterior, y eso se nota. Por lo que, podría decirse que de manera generalizada y excluyendo a ciertos grupos de alumnos, el nivel es medio. A pesar, de los proyectos de renovación del colegio y distintas actualizaciones en todas sus materias.


Primera Observación

Las dos observaciones que he realizado han sido para la asignatura de Educación Plástica y Visual, llevada por la profesora Laura Ricote, la cual también enseña Dibujo Técnico a los alumnos de Bachillerato (clases a las que yo asistí con ella) por lo que puedo añadir que posee cierta experiencia en este campo.

El curso al que pude acompañarla fue al de 3º de la ESO, compuesto por alumnos cuya edad está alrededor de los 15 o casi 16 años. El aula en la que se encontraban contenía un espacio justo para aproximadamente 30 pupitres, más la mesa del profesor situada en la parte central delantera y al mismo nivel que las anteriores. Detrás de esta, la pizarra, y justo enfrente y por lo tanto al final de la clase un corcho que cubría toda la pared trasera, en el cual podían observarse numerosos trabajos realizados en grupo de ciencias o literatura. De las dos paredes correspondientes a los laterales, una de ellas servía como apoyo a los chavales cuyas mesas estaban pegadas, y la otra estaba formada por 3 grandes ventanales que llenaban de luz la clase, además claro está, del sistema de iluminación propia de esta que aportaba por igual a cada zona del aula. Una de las cosas buenas que tiene este colegio, es que sus edificios están rodeados de jardines con árboles lo que le aporta un ambiente tranquilo, y que tras sus vayas, las calles que pasan cerca de ellas, no son muy transitadas por el tráfico de la zona, por lo que los ruidos externos en verano, no producen molestia o distracción alguna.

La primera clase a la que asistí me encontré justo en la entrega de trabajos, era un miércoles a las 8:30 de la mañana, por lo que los alumnos estaban aún algo dormidos… aun que no por ello en actitud pasiva. Me recibieron muy amablemente y con curiosidad, puesto que no dejaba de ser una cara nueva y una alteración de su rutina, pero dado que muchos de ellos andaban a contrarreloj pasé rápidamente a un segundo plano.

El fin de la clase consistía en la realización con 7 elementos táctiles (como lentejas, hilos, algodón…) y 7 elementos visuales (diferentes tipos de colores…) de un cuadro famoso o imagen muy conocida en el mundo del arte, cuyo soporte debía ser una cartulina de tamaño DIN A3. Los distintos ejercicios los seleccionaba la profesora por sí misma teniendo en cuenta la lección teórica sobre la que en ese momento estaba basada la clase, es decir, que no los sacaba del libro de texto.

Me sorprendió que fuesen muy pocos alumnos los que sacaran la imagen del cuadro que ya venía en sus libros y que la mayoría optase por rebuscar entre cuadros y obras de arte hasta seleccionar el suyo, al igual que el comportamiento en sí de todo el alumnado ante la asignatura, precisamente en parte por la asignatura en sí, a la cual muchos niños comienzan a dejar de lado y ven como una simple hora que perder o en la que pasar el tiempo, y en este caso, la imagen que me he encontrado no ha sido así en absoluto.



El ritmo de trabajo era bastante fluido y mostraban bastante interés por la asignatura. No sólo en la medida básica para rozar el aprobado, sino más allá, muchos de ellos daban más de lo que se les pedía. Había dos o tres alumnos bastante aventajados que se les veía con muchas facilidades. Y los menos, no perdían las ganas a pesar de ello.

La Unidad didáctica de la profesora consistía en la siguiente organización, daba una clase teórica explicando el nuevo tema a tratar y dejaba el tiempo restante para la creación de bocetos y dudas. Después de esto, dejaba cuatro clases más para la realización del trabajo por completo, de manera que tuvieran que hacer lo mínimo posible en casa, y así dejarles espacio para las otras asignaturas, en caso de que algún alumno no pudiera realizar la entrega en el día acordado dependiendo de su participación y responsabilidad en clase le dejaba un día más, pero esta vez para hacerlo en su casa. El alumno que durante las clases ha acumulado tres negativos por la falta de material o asistencia no se le corregirá ese trabajo, y si el siguiente lo hace sin falta alguna de negativos recuperará la corrección del anterior pero nunca con una nota superior a 5. De esta forma se aseguraba un castigo fácil de levantar mediante el trabajo continuo y no perdía el interés del alumno.

La profesora sabía llevar muy bien a los alumnos, los que tenían ganas como los que no, haciendo que los trabajos estuvieran encaminados a temas que a ellos les gustasen de forma que no les parecían aburridos.



Segunda Observación

En la segunda clase a la que asistí como observadora el tema del trabajo había cambiado por completo, la clase teórica transcurrió un día antes, y lo cierto es que me habría gustado asistir para ver en directo la manera de actuar de ambos bandos. En este caso, la clase era la primera en la práctica y consistía en dividir una lámina A3 en dos partes iguales y realizar dos dibujos con la misma temática o mismo personaje, en el que una de las mitades represente una idea positiva, con luz, con colores vivos… y la otra todo lo contrario. Algunos chicos hicieron dos dragones, o dos hadas, una buena y otra mala, un Bob esponja hippie y otro Emo… la verdad es que había dibujos muy chulos. En esta clase esta vez se les veía más sueltos muy posiblemente por ser el primer día y tener varias clases más por delante hasta la entrega de este.

La labor de la profesora no se queda únicamente en la enseñanza de la asignatura, sino que al inicio de la clase, debido a la ideología del colegio, se lee una pequeña oración a la que le sigue un Padrenuestro, en este caso, está llevando a los alumnos la tradición del centro, los cuales, lógicamente no están obligados a seguir. Además de esto, durante la clase se encarga de vigilar bien de cerca los comportamientos entre ellos y hacer que se lleven bien, no armen jaleo y demás cosas, siempre bajo una imagen de profesora “guay” pero severa cuando la situación lo requiere, lo que hace que la tengan en cuneta como a una superiora pero sin llevarlo a extremos en los que no puedan hablar en clase o interactuar en ella mostrándose tal cual son. Al finalizar la clase, exige limpieza del aula y de las mesas, y aquel alumno que ha ensuciado por el simple hecho de hacerlo es el que se encarga de barrer el suelo general del aula.

Conclusión Final

En general me ha gustado mucho ir a estas observaciones, puesto que el recuerdo que yo tenía de mis clases de plástica en este colegio no es para nada comparable con las actuales. Mis clases eran básicamente hacer cada día un trabajo que poca relación tenía con el anterior o el siguiente, y simplemente estaban para hacer los deberes de otras asignaturas que no llevabas hechos, hablar con los compañero o jugar… nuestro profesor tampoco se imponía mucho, más bien pasaba del tema, se dedicaba a dar la lección, y el resto dependía de nosotros. Por eso pensaba que hoy en día con las leyendas internas que corren respecto a los nuevos alumnos, y más estos cursos de la ESO, la situación iba a ser muy parecida o incluso peor… Y me he llevado una grata sorpresa al descubrir que no sólo no se comportan nada mal, sino que son unos grandes alumnos que valoran la asignatura de plástica tanto como las matemáticas o la literatura. Gran labor, por supuesto y además de por sus ganas de aprender, por la profesora que ha sabido en mi opinión, darle un enfoque estupendo a sus clases.

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